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Me necesitas y eso me empodera, o te compadeces para que te necesite?

marzo 15, 2017

La forma en que nos relacionamos en nuestra vida, con nuestra familia, pareja, amigos, colegas, empleados, en fin… es el mejor espejo de ver y darnos cuenta de lo que no vemos que nos pasa y nos auto sabotea la felicidad y el éxito permanentes.
He tenido varias relaciones en mi vida y al comienzo no me daba cuenta de la dinámica que pasaba en mí, veía que me encontraba con personas que me producían ciertas emociones y experiencias que se fueron repitiendo en el tiempo como un común denominador.
Todos venimos a vivir experiencias distintas de aprendizaje, cada experiencia es única, les comparto la mia porque sé que será ilustrador para muchos.
Crecí siendo la hija mayor en el seno de un hogar donde mi padre era y es hasta la actualidad el proveedor económico y de esta manera generaba el control inconsciente sobre mi madre y mi madre ama de casa entregada a su esposo e hijos con la sensación permanente de estar encerrada y controlada, veía la frustración de ambos y comencé por alguna razón a sentirme responsable de hacerlos felices y sacarlos de su desdicha.
Fui buena estudiante, con gran habilidad para hacer amistades y relacionarme  y muy persistente para lograr lo que quería.
En mi mente siempre estaba la necesidad de ayudar, de salvar a mis padres de su pequeño drama que sin darme cuenta se volvió mi drama personal, transfiriendo esta temática a las relaciones especialmente de pareja.
Comencé a ver que atraía hombres muy amorosos, alegres, inteligentes con el tema económico no tan fluido como el mío, con grandes dificultades en esa área y sintiendo de nuevo la necesidad de ayudar y abrirle paso a cada uno de ellos.
Dentro de mi proceso de búsquedas para ser un mejor ser humano, ayudar mas efectivamente a las personas y sanación personal hice todo tipo de procesos entre ellos las constelaciones familiares donde me di cuenta que transgeneracionalmente por la linea de mi padre las mujeres estaban con hombres débiles y brillantes a la vez a los cuales terminaban cargando y sosteniendo emocionalmente y el hijo mayor ocupando el lugar del padre proveedor, ellas frustradas y victimarias y ellos víctimas y fracasados, ambos con profunda rabia que con el tiempo se convertía en enfermedad!
Para mi fue muy impactante ver esto en mi sistema y aprendí a abrazar esta dinámica en mi corazón, pero aun la sentía lejos de mí, ajena a mí.

De tantos ires y venires maravillosos y mágicos, me di cuenta que como mujer e hija primogénita de mis padres traía la tendencia a relacionarme sintiéndome empoderada cuando alguien me necesitaba y de esta manera controlaba la situación, sino me sentía necesitada no me sentía segura ni amada y por el otro lado mi pareja se empoderaba si se auto compadecía y así se sentía necesitado y amado, ambas necesidades las confundíamos con amor.
Esto ha sido un viaje hermoso, algunas veces doloroso y otras veces edificante al darme cuenta como la vida de diferentes maneras nos muestra claramente lo que debemos sanar, abrazar y de esta manera transformar.
Comencé a observar en terapia de AUTO OBSERVACION mi relación con mis padres, lo que desde niña se construyó en mi inconsciente como amor; la rabia y frustración se fueron diluyendo, recuperando mi lugar como hija y aprendiendo a amarme, respetarme y sobre todo a ser la mejor amiga de mi misma.

Hoy por hoy siento que me relaciono de otra manera, la necesidad de ayudar desde la culpa o la no aceptación del destino del otro se han ido diluyendo en mi y mis relaciones son genuinas y en libertad.
Es un proceso del día a día, siempre estoy en observación constante y atenta de mi tendencia inconsciente, le sonrío y la respiro con amor.

Recordemos: somos espejos de espejos infinitos, no hay nada que me perturbe en el exterior que no esté en mi!

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