octubre 12, 2016
Este tema en particular me ha llamado mucho la atención ya que durante años he visto las inumerables variables que tiene cada persona para lograr tener el peso y la salud ideal!
Lo primero que me he dado cuenta es que comemos porque tenemos emociones que nos hacen comer, mas que por necesidad de comer.
Los vacios emocionales, las ansiedades del futuro, las culpas del pasado, el corre corre del día a día, hacen que permanentemente queramos llenar con comida lo que no logramos llenar en nuestro interior. No soportamos el vacío….hay que llenarlo con algo!
En la medida que voy logrando convivir con el vacío, amarme tal como soy, aceptar la vida en su fluir como es, ser la mejor amig@ de mism@, la forma de comer cambia.
Otro darme cuenta es que la ansiedad de querer comer genera aumento de peso así no coma.
Muchas personas me relatan esto: no como casi, me abstengo de comer lo que me gusta, se me hace agua la boca al pensar en lo que quiero comer, sufro todo el día por no poder comer y no bajo un kilo, mas bien estoy aumentando de peso!
La ansiedad libera sustancias en el torrente sanguíneo que aumentan el índice glicémico y factores de inflamación que generan retención de líquidos y depósitos de grasa. Nuestro metabolismo es dependiente de factores neuro endocrinos (neurotransmisores y hormonas) que a su vez son dependientes de nuestra psiquie. Por esto el primer paso es neutralizar la ansiedad por comer.
El otro darme cuenta es que la ansiedad se manifiesta en cada persona de manera diferente. Hay personas que cuando están estresadas se les cierra el apetito y hay otras que se les abre el apetito. Hay personas que comen mucho y no engordan y otras si engordan. Por esto es importante determinar que tipo de metabolismo tienes.
La auto observación de cómo funciona tu cuerpo es clave. Les cuento la experiencia con mi cuerpo:
Desde mi adolesencia comencé a tener problemas con la comida en paralelo con la relación con mi padre ya que él tenía mucho temor de que me subiera de peso y me decía todo el tiempo que no comiera tanto y que hiciera ejercicio….comencé a sentirme gorda desde los 12 años, esto fue un atropello permanente a mi autoestima. Intenté miles de dietas y estrategias para bajar de peso hasta que me fuí dando cuenta de el poco amor que tenía hacia mi.
Comencé un proceso de recuperación de mi yo con mi yo, rescatando a esa pequeña que estaba tan excluida de mi. Las experiencias que vamos teniendo en la vida nos van dando las pistas para el darnos cuenta y hacer los ajustes necesarios.
Luego comencé a descubrir junto a mi recuperación emocional, que el tipo de alimentos que comía estaban buscando llenar el vacío….estos alimentos son especialmente los lácteos, panadería de trigo, azúcares y frutas. Carbohidratos con alto valor calórico. En la medida que la ansiedad fué bajando el deseo de comer estos alimentos disminuyó sustancialmente y el buscar llenar el vacío con algo fue disminuyendo.
Mi pelea con el ejercicio fué grande durante años y no me daban ganas de hacer lo que la gente convencionalmente hace, ir a un gimnasio, me gustaba el yoga, la natación y caminar en el campo o montaña. Cuando mi relación con mi padre y el masculino comenzó a mejorar, por arte de magia comencé a sentir ganas de moverme más y ahora disfruto mucho el ejercicio. El cuerpo nos habla de mil maneras…
Por años fuí vegetariana y comía mucha fruta (no sabía equilibrar la dieta vegetariana hasta ahora) y fueron los años en que más sobrepeso tenía….pero igualmente fueron los años en los cuales mi tema con el masculino estaba a flor de piel. La búsqueda de la acepatación y el agrado del masculino; me volví fuertemente intelectual y competente en lo que hacía….de esta forma escondía mi vulnerabilidad y feminidad para poderme enfretar internamente a mi padre.
Entonces la gran pregunta….es importante lo que comemos?
Yo diría que es importante el alimento, sabiendo que hay varios tipos de alimentos: el alimento que comemos para alimentar el cuerpo físico, el emocional que nutre nuestras relaciones y el alimento espititual que nutre nuestra conexión con la vida y con Dios y de estos dos últimos se deriva lo que comemos en el día a día.
Mas allá de hacer una dieta, un tipo de ejercicio, tomar esto o lo otro es escuchar lo que nuestro cuerpo nos habla de muchas formas e ir haciendo los ajustes que nos lleven a estar en armonía con nosotros mismos.
La vida nos alimenta de muchas formas y el mejor alimento es tu paz interior!
