Juicios, espejos de espejos
septiembre 15, 2016
Hace un tiempo aprendí que el cerebro tiene el hábito de juzgar.
Tenemos tres cerebros, uno que juzga, uno que siente emociones y otro que siente sensaciones. El cerebro que juzga juzga por lo que trae heredado y lo que ha aprendido como bueno o como malo en el transcurso de su vida.
El juicio es un marcador muy sencillo de nuestra realidad interior, lo que juzgamos es la muestra de lo que nos molesta o no acepatamos o que no queremos ver en nosotros mismos. Solo puedo ver afuera el mundo que llevo por dentro….si lo que veo afuera es desagradable, el mundo es gris y aburrido, asi estamos por dentro; si veo belleza, bondad, amor afuera, eso es lo que hay en mi interior.
Es una maravilla el juicio porque nos muestra como vamos por dentro….utilicémoslo para crecer, para darnos cuenta y no para autodestruirnos y excluirnos del mundo.
Siempre he creido que todos los estados de nuestro ser son útiles para algo, son pasajeros, un tiempo están y luego se van, son como las olas del mar.
Hay un ejercicio muy interesante para sacarle el mayor provecho al juicio:
Cada vez que te veas juzgando cierra los ojos y observa donde sientes en el cuerpo la química que te genera el juicio y observa fíjamente, atentamente y sin juicio esa sensación por unos segundos, la mente de repente va a asaltarte con pensamientos, la clave es no juzgarlos, déjalos pasar una y otra vez y vuelve a la sensación en el cuerpo, es como un juego de pimpón entre los pensamientos y la sensación….te irás dando cuenta que los pensamientos van a direccionarse al origen de tu juicio….pero lo mas importante es seguir observando sentidamente la sensación que puede aumentar o disminuir en el proceso.
De esta forma uno se va dando cuenta de que el juicio tiene que ver con uno. Si haces este ejercicio una y otra vez se irán neutralizando en tu cerebro los disparadores del juicio que están en tu inconciente.
Hacer esto con profundo amor para ti mismo irá generando un mundo a tu alrededor mas amable y feliz.
El objetivo de este ejercicio es ir neutralizando tu mundo interior que está lleno de contrastes de buenos y malos que nos llevan a mucho sufrimiento.
Otra ejercicio: cada vez que juzgues cambia inmediatamente por algo positivo lo que estás juzgando, por ejemplo:
Que pereza que llueva, así no me puedo broncear, en positivo sería: que bueno que llueva, el verano estaba intenso y la tierra se nutrirá!
Siempre cambia inmediatamente en positivo el juicio negativo que estés haciendo.
Otro ejemplo sería: estoy gorda y asi nadie me va a querer, lo puedes cambiar por: las mujeres como yo son atractivas para muchos hombres!
Los invito a mirar al juicio como una herramienta para crecer y aprovecharlo al máximo!
Estando en el desierto con un calor insoportable me encontré con esta belleza!