septiembre 8, 2016
Esta fué la pregunta que me llevó a estudiar medicina….
Desde muy joven veía como mi cuerpo reaccionaba inmediatamente cuando tenia pensamientos y emociones agradables o desagradables.
A los 8 años me comenzaron dolores articulares que desembocaron en una fiebre reumática y muchas amigdalitis con conjuntivitis severas que fueron tratadas con antibióticos. Luego a los 27 años me comenzó una artritis reumatoidea que ya por mis conocimientos fue tratada con homeopatía y medicina alternativa, justo ahí comence a darme cuenta que desde los 8 años venía teniendo la fantasía de salvar la relación de mis padres y quedarme sola; esto se transpoló a muchas situaciones de mi vida, tratando de sostener lo que no me correspondía por miedo a la soledad, la soledad de la niña que nunca se sintió contenida por sus padres, padres que tenían mucho miedo a vivir en ese momento de sus vidas.
Pasó el tiempo y cuando tuve una gran crisis en la etapa entre los 34 y 36 años me di cuenta que muchos de los síntomas físicos y emocionales que venía teniendo desde muy niña eran una cadena de eventos conectados con esa sensación de busqueda de contención materna y paterna y que por mas que mi inconsciente buscara mecanismos para adapterse y sobrevivir a esta situación mi cuerpo solo seguia hablando.
Ahi comencé a entender en carne propia porqué uno se enferma. La enfermedad es la forma como el cuerpo habla, es la forma como el cuerpo nos dice que hay algo interno que no anda bien y es solo prestarle atención para que cambie.
Atender a mi niña interior fué la clave y comenzar a construir una relación mas sana conmigo, hacia mis padres, ocupando mi lugar como hija y hermana, transformando el juicio hacia ellos en acepación de ellos tal y como son fue el comienzo de mi sanación.
Ahí se comenzó a abrir la puerta para construir mi relación con Dios, relación que estuvo muy perdida en el tiempo ya que pensé por mucho tiempo que la contención que nunca sentí tener me la daría una pareja, los amigos, el trabajo, ayudar a los demás…etc….
La relación con Dios está despertando poco a poco en mi corazón…ha sido dificil, ha sido un camino de gran desapego de muchos paradigmas sociales y del deber ser para poder desde la nada y no tener nada, entrar en su precensia, sentir su totalidad.
Cada vez que me visita la enfermeda me alegro porque es una de las mejores formas que tiene la inteligencia creadora de hablarme y mostrarme el camino cuando me pierdo.
Hay cosas que inevitablemente deben de pasar, mas allá de que comas bien, medites, hagas deporte, te sientas feliz, seas una buena persona y estés conectada con la vida y son esas cosas que hacen parte de lo que venimos a vivir como efecto de causas transgeneracionales, genéticas heredadas, planetarias…y ahí es solo aceptar y soltar….aprovechar la experiencia para hacer pausa y generar cambios en nuestra vida sin entrar en la culpa de que algo estamos haciendo mal para enfermarnos.
la enfermedad nos invita a la pausa, pausa que en esta sociedad moderna y por la forma en que nos educan no logramos hacer conscientemente.
La pausa genera ritmo y el ritmo es la clave de la vida y la muerte….ellos danzan permanentemente a cada instante.
Bienvenida entonces la enfermedad, bienvenida la pausa en nuestra vidas y sobre todo bienvenida la posibilidad de pensar en la muerte como parte de la vida. Entre más nos apegamos más sufrimos….más nos enfermamos!
La ritmicidad de la naturaleza crea esta belleza!!!
